Desodorantes vs. Antitranspirantes: diferencias, funcionamiento y tipos de productos

person Publicado por: Estefanía Blanco list En: Estefania Blanco En: comment Comentario: 0 favorite Visualizaciones: 19
Desodorantes vs. Antitranspirantes: diferencias, funcionamiento y tipos de productos

Descubre las diferencias clave entre desodorantes y antitranspirantes: cómo actúan, qué ingredientes contienen y qué formatos existen para mantenerte fresco, seco y sin mal olor durante el día.

Controlar el sudor y el mal olor corporal es parte de la rutina diaria de higiene. Sin embargo, existe confusión sobre si usar un desodorante o un antitranspirante, ya que ambos productos sirven para combatir el olor de las axilas pero de formas distintas. En este blog explicaremos las diferencias entre desodorantes y antitranspirantes, cómo funcionan y qué ingredientes contienen. También veremos qué factores influyen en el mal olor corporal y en la cantidad de sudor, y describiremos los formatos clásicos (spray, roll-on, barra) y las nuevas presentaciones (cremas, lociones, geles) disponibles para tratar este problema, con ejemplos comerciales representativos, sus características, ventajas y consejos de uso.

¿Cuál es la diferencia entre desodorante y antitranspirante?

La diferencia básica es que el antitranspirante reduce la transpiración, mientras que el desodorante solo combate el mal olor. Un antitranspirante típico contiene sales de aluminio como ingrediente activo; al aplicarlo, estas sales forman temporalmente un gel que obstruye o estrecha los conductos de sudor en las axilas, disminuyendo la cantidad de sudor que llega a la piel. Al haber menos sudor (ambiente húmedo) disponible, las bacterias tienen más difícil proliferar, reduciéndose también el mal olor asociado. En cambio, un desodorante no impide que sudemos; su función es neutralizar o enmascarar el olor. Para lograrlo, los desodorantes suelen incluir agentes antimicrobianos (por ejemplo alcohol u otros) que eliminan o inhiben las bacterias causantes del mal olor, además de fragancias o perfumes que aportan una sensación de frescura. En otras palabras, el desodorante ataca el olor, mientras el antitranspirante ataca la humedad.

Es importante notar que muchos productos comerciales combinan ambas funciones. Por ejemplo, un antitranspirante suele venir también perfumado y con ingredientes desodorizantes, actuando a la vez como desodorante. De hecho, la mayoría de desodorantes de supermercado incluyen sales antitranspirantes, y viceversa, de modo que brindan protección tanto contra el sudor como contra el mal olor. Aun así, podemos encontrar desodorantes “puros” (sin efecto antitranspirante) que no contienen aluminio y se enfocan solo en eliminar el olor con antibacterianos. Estos son preferibles para personas con piel muy sensible o que quieran evitar el aluminio. Por otro lado, quienes necesitan controlar la sudoración abundante (p. ej., para eventos deportivos, clima caluroso o hiperhidrosis leve) suelen optar por antitranspirantes, algunos de los cuales prometen eficacia de 24 a 48 horas o más. En resumen, si solo te preocupa el olor y no sudas mucho, un desodorante puede ser suficiente; pero si buscas mantenerse seco y sin manchas de sudor en la ropa, conviene un antitranspirante o un producto que combine ambas funciones.

Ingredientes habituales. En los antitranspirantes el ingrediente clave son las sales de aluminio (como clorhidrato de aluminio o zirconio de aluminio), que son las responsables de bloquear temporalmente las glándulas sudoríparas. En cambio, los desodorantes suelen contener alcohol etílico (etanol) u otros compuestos antibacterianos (por ejemplo, algunos incluyen triclosán o citrofenol, aunque cada vez se usan menos), además de fragancias para proporcionar buen aroma . Muchos desodorantes comerciales incluyen también ingredientes hidratantes para el cuidado de la piel.

¿Por qué huelen mal las axilas? – Causas del mal olor corporal

El sudor en sí es inodoro; el mal olor aparece cuando las secreciones del sudor entran en contacto con las bacterias que viven en nuestra piel. Las axilas, en particular, son zonas cálidas y húmedas donde el sudor puede quedar atrapado, creando el ambiente perfecto para que las bacterias descompongan los componentes del sudor (como grasas y proteínas) y generan compuestos de olor desagradable. Por eso, una buena higiene (ducha regular, limpieza de las axilas) es fundamental para controlar el mal olor.

Además de las bacterias, otros factores pueden intensificar el olor corporal:

• Alimentación: Consumir ciertos alimentos puede acentuar el mal olor. Las comidas ricas en compuestos de azufre (ajo, cebolla, coliflor, brócoli, curry, etc.) liberan sustancias que se excretan por el sudor y aumentan su olor. También las dietas muy picantes o el consumo excesivo de cafeína o alcohol pueden influir en el olor y la composición del sudor.

• Estrés y emociones: Cuando estamos nerviosos o bajo estrés, el cuerpo libera hormonas (cortisol, adrenalina) que activan especialmente las glándulas sudoríparas apocrinas en axilas. El sudor por estrés tiene una composición diferente (más lípidos) que las bacterias encuentran muy atractiva, resultando en un olor más intenso. Es normal que en situaciones de nervios uno note un olor más fuerte en las axilas.

• Higiene deficiente: Si no se lava la zona regularmente, el sudor acumulado y las células muertas sirven de alimento a las bacterias, facilitando la proliferación bacteriana y, por ende, los malos olores. El uso de ropa poco limpia o muy ajustada que no permite la ventilación también puede empeorar el olor.

• Cambios hormonales: En la adolescencia las hormonas aumentan la actividad de las glándulas apocrinas, por lo que muchos adolescentes experimentan por primera vez un olor corporal fuerte en esta etapa. Igualmente, etapas como el embarazo o la menopausia (sofocos) pueden alterar temporalmente el olor corporal.

• Condiciones médicas: Ciertas enfermedades pueden cambiar el olor del sudor. Por ejemplo, problemas de tiroides (hipertiroidismo), de riñón o hígado, e incluso diabetes descontrolada, pueden dar al sudor un olor atípico. Una condición particular llamada bromhidrosis hace que el cuerpo produzca un olor muy fuerte. En casos extremos, existe un trastorno metabólico poco común (tricoleucosis) que causa olor a pescado en el cuerpo. Si notas un olor corporal inusual y persistente pese a la higiene, conviene consultar al médico.

• Genética y microbiota: La flora bacteriana de la piel varía en cada persona, al igual que la composición del sudor, por factores genéticos. Algunas personas simplemente tienen predisposición a que su sudor huela más fuerte (por la presencia de ciertas bacterias específicas en sus axilas). Curiosamente, se ha estudiado que incluso la dieta y la genética combinadas influyen: por ejemplo, personas de ciertas etnias tienden a tener menos glándulas apocrinas y sudor menos oloroso, mientras que otras más.

En resumen, el mal olor proviene de las bacterias actuando sobre el sudor. Por ello, las estrategias para combatirlo incluyen: mantener las axilas limpias y secas, usar desodorantes con antibacteriano, depilar o recortar el vello (el vello puede retener humedad y bacterias), elegir ropa transpirable (telas de algodón) y cuidar la dieta y el nivel de estrés.

¿Qué influye en la cantidad de sudor que producimos?

La sudoración es un mecanismo natural para regular la temperatura corporal. Todos sudamos más con ejercicio físico intenso o con calor ambiental elevado, ya que el cuerpo evapora sudor para enfriarse. Sin embargo, hay personas que sudan más que otras incluso en reposo, debido a diversos factores:

• Genética: La tendencia a sudar en mayor o menor grado puede ser hereditaria. Hay individuos que naturalmente tienen más glándulas sudoríparas o una actividad glandular más intensa que otras personas. Esto es algo intrínseco y difícil de cambiar.

• Sexo y complexión: En general, los hombres sudan más que las mujeres (incluso activando el mismo número de glándulas, producen más sudor) y las personas con sobrepeso u obesidad también tienden a sudar más. El exceso de grasa corporal actúa como un aislante térmico, elevando la temperatura interna y obligando al cuerpo a liberar más sudor para refrigerarse.

• Forma física: Curiosamente, las personas más entrenadas o en buen estado físico comienzan a sudar antes y más abundantemente al hacer ejercicio comparado con alguien menos en forma. Esto se debe a que un cuerpo entrenado mejora su eficiencia de enfriamiento: activa la sudoración rápidamente para mantener la temperatura óptima. Es un signo de adaptación saludable al ejercicio.

• Entorno (clima): Un día caluroso y húmedo provocará mucha más sudoración que un día fresco. La alta humedad dificulta la evaporación del sudor, por lo que el cuerpo puede sudar aún más intentando compensarlo. Del mismo modo, estar en un espacio mal ventilado o con ropa muy abrigada/ajustada incrementa la temperatura corporal y la sudoración. Por contraste, en ambientes fríos sudamos poco (aunque un cambio brusco del frío al calor puede activar sudoración repentina).

• Alimentación y estimulantes: Consumir bebidas calientes o cafeína (ej. café, té) y alcohol puede aumentar la sudoración. Estas sustancias elevan la frecuencia cardíaca y la temperatura corporal, desencadenando más sudor. También las comidas muy picantes pueden causar “sudoración gustativa” (por ejemplo, sudar en la frente o nuca al comer chile picante).

• Estrés y emociones: El sudor emocional no solo afecta al olor como vimos, sino también a la cantidad. Situaciones de nervios o ansiedad pueden activar de golpe las glándulas de las palmas, plantas y axilas (sudor frío). Por eso en exámenes, entrevistas o momentos de miedo mucha gente suda incluso aunque no haga calor.

• Edad y estado hormonal: Los adolescentes suelen sudar más (y oler más fuerte) por el boom hormonal de la pubertad. En la menopausia, los sofocos vienen acompañados de oleadas de sudor. Y en general la sudoración tiende a disminuir ligeramente con la edad avanzada (las glándulas se vuelven menos activas), aunque depende de la persona.

• Hiperhidrosis: Algunas personas padecen de hiperhidrosis, un trastorno caracterizado por sudoración excesiva crónica en ciertas zonas (axilas, manos, pies, rostro) sin causa aparente. Esta condición puede ir más allá de lo que provocan el calor o el ejercicio y causar sudor visible incluso en reposo. La hiperhidrosis primaria es idiopática (sin enfermedad subyacente clara) y suele comenzar en la juventud; la hiperhidrosis secundaria puede deberse a problemas médicos (por ejemplo, hiperhidrosis generalizada por hipertiroidismo, infecciones, etc. ). Si sospechas hiperhidrosis (sudas tanto que interfiere con tu vida diaria), consulta un dermatólogo: existen tratamientos médicos, desde antitranspirantes de prescripción hasta terapias como toxina botulínica o procedimientos definitivos como microondas (MiraDry) para destruir glándulas sudoríparas .

Sudar es normal y necesario para la termorregulación. El objetivo es manejar el exceso de sudor en situaciones incómodas. Una hidratación adecuada es esencial cuando se suda mucho, para reponer líquidos y electrolitos perdidos.

Formatos clásicos: aerosol, roll-on y barra

Existen múltiples formatos de aplicación de desodorantes y antitranspirantes. Los más tradicionales para las axilas son el spray (aerosol), el roll-on (bola) y la barra (stick). Todos pueden ser efectivos; la elección depende de preferencias personales, tipo de piel y conveniencia. A continuación describimos cada formato y mencionamos ejemplos representativos:

• Spray (aerosol): Es un envase a presión que al presionar libera el producto en forma de spray seco o niebla fresca. Sus ventajas son la sensación de frescor inmediata y que se seca muy rápido sobre la piel, sin dejar sensación pegajosa. Esto resulta ideal si necesitas vestirte enseguida, ya que no suele dejar manchas húmedas en la ropaComo consejo de uso, agita bien el envase y aplica el spray a unos 15 cm de distancia de la axila, para distribuir uniformemente. Evita inhalar directamente y no pulverices cerca del rostro/ojos.

• Precaución: Los aerosoles contienen gases inflamables (ej. propano, butano), por lo que no debes usarlos cerca de llamas ni dejarlos expuestos al sol o dentro del coche a altas temperaturas. En pieles muy sensibles o secas, algunos sprays pueden resecar porque varios incluyen alcohol; en ese caso busca aerosoles sin alcohol y con ingredientes humectantes.

• Roll-on (bolita): Es un formato líquido en un frasco pequeño con una bolita giratoria en la punta que dosifica el producto al pasarlo por la axila. Al aplicar, deja una capa húmeda sobre la piel que tarda unos segundos en secar. Pros: suele ser muy efectivo y da sensación de hidratación; al ser una emulsión cremosa, muchas fórmulas roll-on ayudan a calmar la piel (especialmente útil tras la depilación).  Además, su tamaño compacto es práctico para llevar en el bolso, maleta de viaje o al gimnasio. También rinde bastante: se estima que un roll-on dura el doble de aplicaciones que un aerosol promedio, lo que lo hace económico. Contras: al tardar en secar, si no esperamos puede manchar la ropa o producir una sensación húmeda incómoda bajo el brazo. La recomendación es aplicarlo sobre piel limpia y seca, y esperar unos instantes con los brazos en alto hasta que se absorba por completo. 

• Barra (stick sólido): Consiste en un tubo con un producto sólido (tipo cera o gel sólido) que se “embarra” directamente sobre la piel. Es muy cómodo de usar en el día a día y para viajes, ya que no hay riesgo de derrames en la maleta y suele ser aceptado en equipaje de mano en aviones. Las barras clásicas (solidez cremosa) suelen dejar la axila con sensación seca al tacto tras la aplicación y conservan bien la fragancia. A diferencia del roll-on, la barra no deja esa película húmeda, por lo que difícilmente mancha la ropa (salvo que apliquemos demasiado y queden residuos blancos). Son adecuadas para la mayoría de pieles, incluyendo secas, ya que muchas incluyen emolientes y agentes hidratantes en su base. Posibles contras: algunas barras pueden dejar residuos blancos o secos en la piel y en la ropa oscura si la fórmula contiene talco u otros polvos absorbentes. 

Formatos más novedosos: crema, gel y loción

Estos últimos años han aparecido presentaciones menos convencionales para el control del sudor y el olor, como desodorantes en crema, antitranspirantes en gel (separados del típico stick) y lociones especiales. Muchos de estos formatos se orientan a pieles sensibles o a casos de sudoración muy intensa. Veamos sus características y ejemplos:

• Desodorante en crema:  Este formato, aunque existe desde hace décadas (fue popularizado por marcas como Byly en el pasado), ha resurgido con formulaciones nuevas. Se presenta típicamente en tubo o tarro; se aplica con los dedos como si fuera una crema hidratante, cubriendo la piel de la axila incluso en otras partes del cuerpo.

Ventajas: las cremas suelen ser muy hidratantes y amigables con la piel seca o delicada. Muchas están hechas con ingredientes naturales 100% (sin sales de aluminio, sin alcohol, sin parabenos) para quienes buscan una alternativa más saludable y ecológica. Otra ventaja es que las cremas se pueden aplicar en áreas extensas o inusuales donde haya sudoración (espalda, pecho, ingles, rostro) cosa que otros formatos limitan. 

Desventaja: la aplicación es más laboriosa; hay que tomarse un tiempo para esparcir la crema y dejar que se absorba antes de vestirse . También, si la crema tiene aluminio (crema antitranspirante) puede dejar cierta sensación pegajosa hasta secar. Existen cremas antitranspirantes de alta eficacia clínica para casos de sudor abundante:

• Desodorante en gel: Aquí nos referimos a gel de limpieza con poder de higiene y desodorante que mejora la microbiota para llevar a cabo esta acción desodorizante y potenciar el efecto del desodorante propiamente dicho en roll-on, spray o crema.

• Lociones antitranspirantes: Son fórmulas líquidas/fluidas que se aplican como si fueran una loción corporal. Suelen estar destinadas a tratar hipersudoración específica. Por ejemplo, existen lociones antitranspirantes para manos y pies muy sudorosos, e incluso lociones para aplicar en las axilas en casos de sudor extremo.Un ejemplo es la línea Perspirex, que incluye una loción antitranspirante para manos y pies y un roll-on para axilas de fórmula muy concentrada. COMPRAR PERSPIREX LOCIÓN. Estas presentaciones son muy útiles para quienes los desodorantes regulares se quedan cortos; sin embargo, hay que usarlas conforme las instrucciones del fabricante, ya que un exceso de aplicación puede causar picor. Si notas irritación intensa, suspende unos días o consulta al dermatólogo.

Conclusiones y recomendaciones

Tanto los desodorantes como los antitranspirantes nos ayudan a sentirnos frescos y seguros durante el día, pero conocer sus diferencias nos permite elegir el producto adecuado según nuestras necesidades. Recuerda: si solo quieres controlar el olor, busca un buen desodorante antibacteriano (hoy en día los hay sin aluminio, sin alcohol, e incluso con ingredientes naturales). Si en cambio te preocupa también la humedad y las manchas de sudor, opta por un antitranspirante (muchos vienen etiquetados como “48h protección” o “Clinical” para sudor intenso). También puedes combinarlos: por ejemplo, usar un antitranspirante neutro y encima un body spray perfumado de tu agrado para fragancia adicional.

No olvides que una buena higiene es el primer paso para evitar el mal olor: dúchate regularmente, seca bien tus axilas, y usa ropa limpia de telas transpirables. Cada persona es distinta, así que puede tomar un par de intentos encontrar el producto que mejor funcione contigo. Afortunadamente, el mercado ofrece muchísimas opciones en distintos formatos – desde el clásico aerosol refrescante hasta cremas y lociones de alta eficacia. Prueba el formato que te resulte más cómodo y efectivo. Y si tienes piel sensible, busca fórmulas sin alcohol ni fragancia para minimizar irritaciones.

Desodorante y antitranspirante no son lo mismo, pero ambos cumplen papeles importantes: uno nos mantiene sin mal olor y el otro nos mantiene secos. Algunos productos hacen ambas cosas. Con la información de este artículo, esperamos que puedas escoger con más conocimiento tu próximo desodorante o antitranspirante, y decirle adiós tanto al sudor excesivo como al mal olor. ¡Que nada te detenga en tu día a día, mantente fresco y confiado!

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